martes, 9 de septiembre de 2008

El sueño que le ganó a la discordia

Desde que la Revolución Iraní derrocó al Shah Mohammed Reza Pahlavi y Ayatollah Khomeini tomó el poder, Irán vivió una política anti-imperialista que influyó directamente sobre su relación con Estados Unidos. El trato diplomático comenzó oficialmente cuando el entonces Sha de Persia envió en 1856 como embajador al gran país del norte a Abolhasan Mirza Shirazi. Pero luego de varios años, esas cordiales relaciones, en las que empresas estadounidenses ayudaron al desarrollo económico e industrial de los asiáticos (como el tren o la extracción de hidrocarburos, por ejemplo), cuestiones políticas comenzaron a ser sumamente influyentes. El destituido Sha Pahlavi buscó el exilio en Estados Unidos. Esto provocó que seguidores de Khomeini ocuparan la embajada norteamericana en Teherán y tomaran como rehenes a 52 diplomáticos por 444 días. El paso del tiempo hizo que la situación entre ambos países fuera cada vez peor al punto tal de que desde el gobierno norteamericano se declarara a Irán como una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional. A mediados de los ’90 ambos países prohibieron a sus empresas cualquier tipo de comercialización y, entre embargos económicos de un lado y supuestos ataques terroristas del otro, los contrapuntos fueron aumentando. Así, llegamos al 2002, cuando el presidente George W. Bush incluyó a Irán dentro del Eje del Mal, junto con Irak y Corea del Norte.
Pero un hombre pudo luchar contra todo eso y cumplir su sueño. Se trata del iraní Hamed Ehadadi, un pivot de 2,18 metros, quien jugará en la NBA para Memphis Grizzlies en la próxima temporada.
Ehadadi cumplió una destacada tarea en los Juegos Olímpicos de Beijing, con una media de 16,6 puntos y 11,2 rebotes (el máximo del certamen). El interno, que jugaba en el Saba Battery BC de su país, promedió 16,6 puntos, 11,2 rebotes y 2,6 tapones por partido en la cita olímpica con la casaca de la selección de su país. Durante todo el año, sus compatriotas le pidieron a Ehadadi que no fuese a la NBA, pero el interno prefirió cumplir con su anhelo.
Los Grizzlies y Ehadadi consiguieron superar las restricciones legales que tienen los ciudadanos iraníes para trabajar en Estados Unidos. Días atrás, la NBA le había negado la posibilidad a este interno para que pudiera firmar contrato con cualquier equipo de la liga norteamericana. Incluso, llegó a mandar una carta a las 30 franquicias para que no negociasen con él. No obstante, el comisionado David Stern tramitó una moratoria con el departamento de Estado norteamericano para que Ehadadi pudiera cumplir con su sueño de jugar en la NBA. Al menos esta vez, la coherencia le ganó la batalla a la despiadada relación entre Estados Unidos e Irán.